Tenemos los pies soldados al suelo, endeble y maleable, gris y delgado, agarrándonos los cuerpos de tal manera que nos negamos a movernos.
La sangre cubre mi nariz.
Con el Sol que entra por las ventanas y las mantas por el suelo, un cambio de escena. Fundido a negro.
Primeros planos, contrastes y saturaciones al máximo. Verde, rojo, amarillo y azul.
El rosa palo de la manta, el negro opáco y misterioso del mar jugando con los colores.
Puedo saber que sin vosotros duela más.
hay tanto idiota ahí fuera
puede ser que
Puedo perderme en la obviedad.
Todo parece más caluroso últimamente.
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