Enamorada del mito, del rebelde sin causa, de la esperanza de algo mejor. Del sueño, de la evasión.
Noto mi caja torácica y me golpeo. Sigo viva aunque en un trance extraño. De la felicidad altruista inducida por la música llego a un estado de tristeza absoluta donde la soledad y el hecho de no saber qué canción escuchar me invaden.
La lentitud extrema de las cosas, el no saber qué hacer. Una reina que mata. Un bufón que juega.
Un piano que suena y no, una voz que me grita.
La ausencia del todo.
20090517
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