Ahora no hay casi nadie, pero una vieja me pide la talla de un vestido, no hay, sí, lo voy a buscar. Doy vueltas y más vueltas y me dan dos semanas. Estoy preocupada, pero ahora esto es un museo y ya no hay nadie solo está alguien lleno de tatuajes. Todo está vacío y hay una bañera en medio de una sala, unas ventanas, hay luz pero en realidad todo está oscuro.
Nos buscamos y nos escondemos. Me recuerda a algo, de hecho estamos en un lavabo. Pero corremos y entramos en otra sala del museo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario