20090530

dandonem

Viste de negro, aunque todo está tan oscuro que no sé si lleva camisa o camiseta, de todas formas creo que es un polo. Tiene pinta de serio, de ser fan incondicional de Depeche Mode y de amar a Muse, aunque luego cuando lo veo borracho parece un capullo integral, aunque se lo perdono, este antro está lleno de esos. Es Pucho, y Amadeu y alguien muy guapo, una nariz sexy. Adoro las narices sexys,  Adrien Brody, Matthew Bellamy... Me ofrece de su copa, acepto y luego me echa una pseudobronca acerca de que no debería aceptar cosas de extraños, "por qué no? Me encanta recibir regalos de tipos raros", es la señorita Escarlata la que habla. Me dice su nombre aunque no lo oigo, está sonando Tainted Love. Cuando salimos de ahí ya ha salido el Sol, antes han sonado And One y no me los quito de la cabeza. La temperatura es ideal y nos sentamos en plena calle. Alguien rompe una botella de cristal  a nuestro lado y nos ponemos a gritar. Tengo tanta sed que creo que no puedo ni hablar, me enciendo un cigarro pero se me pega a los labios de los secos que están, mi cacao, mi cacao lo tiene Candy pero no recuerdo dónde para, supongo que no tardará en salir. No queremos pero debemos, unos colegas se están cabreando con unos gilipollas y creo que va a haber bronca y aunque el morbo por ver que ocurre es bastante grande preferimos irnos a saciar nuestras necesidades básicas. Me duelen los ojos, apesto y necesito una gran ducha urgentemente.  

Odio viajar en el metro, y más a estas horas, siempre pienso en películas de zombies, malolientas, sin cerebro y con ganas de comer humanos. Creo que he perdido el oído derecho, se me ha caído la oreja por la calle y no la encuentro y los gilipollas de mis amigos no me ayudan. Aunque tampoco la necesitaba tanto y de hecho aún puedo escuchar alguna cosa.
Por fin en casa. 

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