20090527

Linda Scott

No es que fuera una historia fuera de lo común, en realidad era tan natural y simple como la vida misma. O no, mentira, era más como las historias de esas películas antiguas de detectives y mujeres despampanantes con tacones de vértigo, sí sí, de esas, con un hombre duro de roer, de esos que no entienden de sentimientos. 
Pues bien, el hombre en cuestión acaba encontrando respuesta a esas preguntas que nunca se había hecho, pero que en el fondo siempre habían estado ahí, solo que siempre había sido un poco miope en ese sentido. O no miope, más bien estigmático. Siempre rodeado de mujeres bonitas, viciosas y efímeras. Aunque a más de una le robaba sin querer, o sí, un poco de corazón, haciéndolas desgraciadas hasta tener que acabar con sus vidas, o no espera, más que acabar con sus vidas literalmente es algo como que les robaba su humanidad, algunas acabaron adictas al crack, y otras haciendo la calle, todas preferían evadirse a seguir soportando el dolor que les había provocado él.
Siempre daba la sensación de que todo esto le daba igual al señor, aunque más que igual era que no tenía tiempo que perder en esos puntos, o como que su organismo no estaba preparado para tratar según que temas. Y nadie se lo reprochaba nunca, de todos era sabido, pero no era eso lo que en el fondo atraía a esas bellas mujeres?

Siento que pierdo el hilo, la cuestión es que un día, se cruzó en la vida de este hombre alguien que le hizo cambiar por completo. Él había tenido que soportar mucho dolor durante toda su vida, es cierto, imaginaos la típica escena, niño pequeño escondido debajo de la cama, unos pasos, decididos, fuertes y temibles. La madre, gritando, el padre, intentando protegerla, un sonido ensordecedor y más gritos, el delantal manchado de sangre, otro tiro, cesan los gritos y se oye el peso del cuerpo aterrado en el suelo. 

Quizás por eso acabó en esta profesión, tópico tras tópico, sí, más bien estamos hablando de una película antigua, de esas que ya sabes como vas a terminar pero te quedas a ver hasta el final por que joder, antes había buenos actores, qué coño.

Su vida había sido un desastre continuo, y ahora, a esa edad, rozando la cuarentena ya estaba lo que se dice curado de espanto. 
Sí, desastre, lo típico, qué se hace en esta vida si no se sigue el camino de Dios? 

Un borracho asqueroso, pero joder, era bueno en su trabajo, eso no se lo podía negar nadie. 
Creo que ya no estamos hablando de la misma persona, esto empezó con un detective atractivo, drogadicto y Don Juan y ha tenido que terminar con un inspector de policía borrachuzo y fondón.



Es extraño como a veces se mezclan todas estos pensamientos en el cerebro, como en una gran sopa de letras. 
Porque la que ahora habla soy yo.

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