Miro esas fotografías viejas y antiguas pero no pertenecen a mi albúm, las miro con nostalgia y quizás algo de pena. Desilusión quizás al ver que no hay un nosotros. Las miro y remiro con calma y sonrío, una de esas sonrisas con los ojos torneados, dulzura, cariño, añoranza, esas cosas. No sabría cómo expresarlo.
Me muerdo el labio pensando y recordando esas pequeñas cosas que nunca ocurrieron. Si hubiera vivido en otra época, si no pertenecieramos a esta década. O él sí, pero no yo.
Separados por algo menos que un poco de tierra y unas miles de mentes vacías.
Escucho algo que no tiene nada que ver y me pregunto si acaso te gustaría. Si realmente yo te gustaría.
Una nueva musa anda en camino, dejando de lado toda esa sangre y cuerdas que tanto había disfrutado en mi piel hace ya tiempo para dar paso a un corazón roto por ser alguien erroneo.
Un equívoco, una rima, una canción de verano, un tu, un día, una noche, unas horas.
Simplemente unas horas me bastaban. Suficientes.
Un suspiro tras otro se oye, unas fotos ojeadas de nuevo en una pared colgada. Unas caras sonrientes, orgullosas de pertenecer a algo y a un momento, como lo supongo que lo estarías tu. O no, en realidad no lo sé.
Tantas preguntas absurdas a la vez y tantas respuestas a base de cuentagotas...
Y esas fotos siguen colgadas ahí, dispuestas a que las vaya a ojear una vez más, simplemente para recordar lo que nunca ocurrió.
20090519
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