Normalmente suelo cortarme las uñas lo máximo posible. Esta vez me he pasado y me siguen doliendo aún habiendo pasado unos días.
Y me corte en las yemas de los dedos, en el índice de cada mano, en una hora y día diferente.
Rompí el espejo, aquel espejo redondo que tanto me gustaba. De hecho se cayó al suelo y se rompió. Un trozo quedó colgando, estaba suelto pero no del todo, al intentar arrancarlo acabé clavándomelo y de un corte completamente miserable no paraba de salir sangre a borbotones, manché el espejo con algunas gotas y miles de kleenex intentaban absorber a pequeñas cantidades toda la sangre que salía. Siempre me ha gustado hacer eso, dejar el papel y ver como rápidamente absorbe el líquido a cámara rápida. O con los bolígrafos, lo dejas quieto encima de un papel y ves como rápidamente se va expandiendo una mancha roja formando un círculo hasta que ya no puede más.
Y un azul eléctrico, un azul intenso brilla en mis uñas.
20090603
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