El otro día soñé con mi profesor de filosofía. De hecho ya he soñado muchas veces con él.
Una vez rodeados de pompas de colores que al tocarlas cambiaban de color y de tamaño.
En otra estaba todo lleno de espejos. Como en el Tibidabo.
Y el otro día en un bloque de pisos como el de Eli. Y yo subía las escaleras y él las bajaba y sus ojos azules me dejaban helada.
Mi libreta roja donde empecé a escribir. Sus notas con bolígrafo rojo. Guardada con tanto cariño que no puedo volver a leerla.
20090628
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario