20090617

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Llega un momento en el que tus ojos ya no dan más de sí, y acabas comiéndote las letras que crees conveniente.
Esto ocurre mayormente en los momentos en el que tu cerebro aun no ha digerido correctamente todo lo ocurrido momentos antes de lo esperado.

Y valientes levantámos la cabeza intentando decir algo pero nada, como si nada. Ponerse en funcionamento al escuchar una nota, suele ocurrir.


Hay momentos en los que gritar es la única solución para despertarse ante tanto insomnio.

Orgullosos nos alegramos de nuestra futura victoria. Porque en la guerra, al igual que en la cocina, siempre hay alguna baja, o algún huevo roto de esos para hacer una tortillla.

Limitados a una silueta.




Y una bomba de relojería se cuece en tus tripas al ingerir tantos medicamentos.

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