es como una especie de ansiedad ante el contacto social o el hecho de relacionarse con la gente.
No entiendo qué ocurre pero cada vez me siento más incapaz de entablar algún tipo de relación, aunque sea simplemente pura cordialidad.
Es extraño pero cada vez me siento más débil, insegura y patosa en estas cosas. Como que cada vez te vas haciendo más y más pequeño delante de alguien.
El problema es que en el momento en el que dentro de mi cabeza solo se repiten esas tres palabras, todo mi yo decae hasta pensar que no existe. O sí, como que existe pero porque ha de haber alguien debajo de todo para que el resto pueda asentarse encima de algo.
"Un pitillo cada vez que lo hacía bien..."
Noches de verano en la casa gris.
20090605
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