una nostalgia rara la de hoy. hacía dias que no lloraba y ha sido como estos dias. Que no para.
días tan grises que aburren. Vueltas por el antiguo barrio, recuerdos de niños pequeños. El patio de mi antiguo colegio estaba abierto, y yo con la boca dormida y con ojos tristes he sido tentada de entrar, pero estaba todo tan oscuro que me ha dado miedo.
Todo tan igual y tan cambiado. La tienda de juguetes de la esquina. El todo a cien de detrás de casa. Esa droguería con los marcos rojos.
Todo.
Y mi antigua casa convertida en un hotel precioso. Algún día tendría que ir ahí y pedir la habitación del 3º 2ª y ver como ha cambiado todo.
que tristeza.
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2 comentarios:
el otro día vi al señor viejito que cantaba ópera en la estación de metro cuando mi padre me llevaba de la manita al cole. Me pasé el resto del día sonriendo como una gilipollas sin acertar a explicar el cúmulo de recuerdos de una rutina feliz que me aturullaban la mente.
En Roma... en la antigua Roma allá por el año 180 a.C. la pena capital más gorda era el Destierro. Nada de la silla electrica, los leones en el circo romano o la inyección letal... no, no lo peor era ser desterrado de tu tierra.
El suelo era verdaderamente sagrado para el hombre romano... encontraba su bienestar, su seguridad, su fé, su derecho... su Dios. Perdiéndola, lo perdía todo.
El barrió dónde nacistes, la casa demolida, el colegio son dolorosos recuerdos de un destierro en el que nos vimos invitados a marchar. También es verdad que comenzamos nuestro hogar en otro barrio confortable. Cuando viajes sabrás que tu eres capaz de hacer hogar en los sitios más inverosímiles.
Siempre recordaré como el papa consoló con un abrazo a un Alejandro derrotado por la emoción. Los segundos que siguieron... del silencio de las paredes cuando estuvo Totalmente vacía. Cómo te esperé a que vinieras del colegio. Nos cojimos de la mano y salimos definitivamente de nuestra "Patria", como la entendían los romanos.
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