Nunca entenderé mi pasión por comprar libretas nuevas y no terminarlas nunca.
Me compré una roja esta mañana, pequeña y grande, de línias, como de caligrafía para niño pequeño.
Como la libreta de verano en la que he de escribir mi diario de las vacaciones.
Algún día acabaré alguna y las ordenaré todas, por colores y tamaños y por cosas escritas.
Que siempre tienen una función para acabar en otra.
20090202
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