Al no celebrar tradicionalmente la festividades navideñas en las que desconocidos vienen a dejar regalos (vease el gordo entrañable de rojo como papa noel y el extraño trío interracional de lo reyes) por las casas, me alegro comunicar que el día de cobro es mi día especial. Mejor que recibir esa bici que nunca llegó, o ese kit de química que sí pero con éxito nefasto.
Amancio, tu ere mi rey (vease solo en un ámbito estrictamente económico-festivo por favor...)
Y por cierto, llego tarde.
20090227
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