Hoy he vuelto a soñar con Nacho Vegas pero no recuerdo nada. Solo mi habitación. Unas llaves. Unas túnicas, mentir y hacerse pasar por otras personas. Es la hora del cambio, pero nos quedamos aquí viendo una película. Una sabana blanca que nos tapa abrazados.
También aparecía un compañero de clase. Y luego estábamos en la calle Calabria, cerca del piso de Eli.
Es como una nostalgia inexistente, inventada, amor por tiempos pasados que nunca existieron.
20090422
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