Es que en realidad no ocurre nada serio. Es simplemente un conjunto de estupideces que te parece innecesarias explicar a alguien.
Es la sensación de abandono tan impersonal que tienes. Es el estar triste por todo y por nada y solo por tonterias que a ti no te lo parecen pero sabes que al resto de la gente sí.
En estos casos siempre le echo la culpa a los desajustes hormonales.
Te pones a temblar porque te has encontrado a la última persona que desearías ver. Aunque en realidad te mueras de ganas de verla, pero no.
Luego claro, te paras a pensar en todo, en cómo la gente acostumbra a reirse de ti.
Y no mola.
Creo que para ser feliz no deberían dejarme sola. Y el problema es que no sé si es que quiero estar sola o no quiero ser feliz, y a veces pienso que realmente tengo algo que falla ahí arriba pero luego al darme cuenta de lo que pienso lo descarto.
Y a veces creo que debería introducirme más en las historias zen. Quien sabe si mi infelicidad se debe a la posición de mi cama o del escritorio.
O si deberían existir pastillitas que te hicieran sonreir. P
Con planes de futuro y ganas de huir.
Aunque nos dé rabia siempre ocurre igual. Y nos esforzamos en disimular.
20081031
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