Y por mucho que lo intentas parece una reacción extraña de esas, en las que se consigue el efecto contrario. Y me cabrea porque cuanto más intento parecer adulta, más reluce mi parte teen. Y no es poca.
Qué aburrido resulta todo. Como que no hay nada interesante que hacer y podrías estar haciendo lo que ahora durante mucho tiempo porque todo sería igual, es horrible esa sensación.
Aunque también es horrible autoengañarse y fijarse metas que sabes que no vas a poder llegar cumplir.
La sensación de que hoy es domingo. La sensación de querer dormir muchísimo más porque no hay nada interesante que hacer. La sensación de que todos tus amigos son gilipollas. La sensación de querer tener un gato. Saber que cualquier gato no será Vaina. La sensación de un día nublado y húmedo.
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