Odio que los recuerdos puedan ser tan inexactos. Odio pensar en la idea de que lo que recuerdo no es lo que realmente sucedió, y odio que la gente no piense en eso y crea que lo que ella piensa sea cierto. Hace que todo sea tan de verdad, tan de mentira.
Como aquella tarde en que ninguna de las dos sabía cómo se habían enterado de aquello si técnicamente cada una lo había oido salir de la boca de la otra. Y las dos sabían que ninguna de ellas estaba mintiendo. Era todo tan raro y nos dejó tan preocupadas.
20090104
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