20090721

Y por un momento, no por falta de tiempo, o de ganas, que ambas las tengo, no sé por qué coño, no llego a escribir todo lo que se almacena dentro de mi cabeza.


Una inspiración llena de historias, de imágenes, de ideas es la que tengo al lado. Que me parece lo más desagradable, viscoso, putrefacto y atractivo que jamás nadie me había enseñado.
Y real.

Que no tienes nada que enseñarme.

Todo lo que ruge por ahí dentro lo voy relacionando con todo lo que ocurre a mi alrededor y me pregunto por qué. Por qué yo. Por qué ahora.

Y no puedo evitar sonreir al ver lo que ocurre.

El hecho de pensar que no necesitas nada más. A nadie más.
Y no entiendo por qué tiene que ser ahora.




Y por las noches, en ese sofá, me siento como si me contaras un cuento. Lleno de azko.

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