Y entonces empieza la paranoia.
Y todo se acaba. Es horroroso. Porque no puedes evitarlo pero ahí está. Y piensas y piensas y no puedes parar.
Entonces llega el silencio. Y las ganas de hundirte en un saco lleno de mierda para no volver a salir nunca más. Justo cuando pensabas que ya no podía pasar nada más.
Es jodidamente enfermizo y molesto.
Pero tampoco se puede estar todo el rato revolcándose en la mierda.
20080823
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